YO SOY DE LA SANTA FAZ

Me gustaría contaros hoy, aprovechando que ayer se celebró en Alicante “La peregrinación de Santa Faz”, lo íntimamente que está ligada esta reliquia a mi familia.

Antes de empezar creo que debería explicar algo su historia. He pensado en hacerlo, más que nada, para que quienes no la conozcan se hagan una idea de lo que representa. Voy a intentar resumirla todo lo que pueda porque lo último que querría es aburriros…

Camarín donde se conserva la reliquia de la Santa Faz 

en el monasterio al que le da nombre.

A ver, para ello tenemos que remontarnos a la época de Herodes. Os sitúo. Después de ser Jesús apresado, juzgado, condenado y castigado, le hicieron cargar con la cruz en la que iba a ser crucificado hasta el monte Calvario. En una de las caídas que sufrió durante el agónico recorrido se le acercó una mujer, de nombre Verónica, para socorrerle y con un velo que llevaba le secó la sangre y el sudor que recorría su rostro. Según cuenta la tradición, en el velo que le ofreció, quedó grabado el rostro de Jesucristo en cada una de sus tres dobleces. Siglos más tarde el Vaticano las reconoció como reliquias y en la actualidad se encuentran custodiadas: una de ellas en Roma, otra en Jaén y la tercera en Alicante. 

Santa Mujer Verónica de Alicante.

"Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de las Penas 

y Santa Mujer Verónica"

Sale en procesión el Domingo de Ramos. 

Prosigo con la historia. Resulta que en el siglo XV Alicante era considerada el puerto de Castilla pues comunicaba el reino con el Mediterráneo. Debido a esto, era paso casi obligado por el que transitaban ilustres personalidades en dirección o regreso a la corte española. Entre ellas lo  hizo un eminentísimo Cardenal que habieno conocido a un joven sacerdote alicantino, el Padre Pedro de Mena, lo quiso llevar consigo a Roma. Pocos años después Mena fue nombrado "Cura de San Juan" y al despedirse del Cardenal recibío como regalo la reliquia que éste conservaba, recomendándole veneración y estima. El agradecido Don Pedro la depositó en el fondo de un arca en la que guardaba objetos de valor del Templo y ¡cuál no fue su sorpresa! que al volver a abrirla tiempo después, encontró el lienzo desplegado y colocado en la parte superior sobre la ropa que antes lo cubría. Ante tal hecho extraordinario, lo puso sobre una tabla dejándolo expuesto a la veneración pública.

 Iconografía setecentista que figura en la "Disertación..."

del jesuita José Fabianai, defensor de la autenticidad de la reliquia 

frente a los ilustrados que exigían mayor rigor en 

las manifestaciones de religiosidad popular.

LIBRO: "Santa Faz V Centenario"

Por aquel entonces mi ciudad, Alicante, estaba asolada por una gran sequía y por ello decidieron organizar una procesión de rogativas, el 7 de marzo de 1489, en la que se llevaría en peregrinación el lienzo de la Santa Faz. Y el citado día, a mitad de la romería camino a Ntra. Sra. De los Ángeles, el sacerdote encargado de llevar a la Faz Divina en sus manos sintió  de repente un gran peso y no pudo seguir manteniendo en alto la reliquia... perdió el equilibrio y tuvo que ser auxiliado por aquellos que lo acompañaban. Una vez recuperado el Padre, repararon los allí presentes en el paño que sujetaba y pudieron ver como del ojo derecho de la Faz Divina salía una lágrima. Tras unos instantes, comenzó a llover...

Imagen antigua de la Procesión de Santa Faz

Pues en el lugar donde ocurrió el milagro, en el pequeño barranco de Lloixa, es donde se mandó construir un templo que tendría como fin la custodia de la reliquia. Al principio le encomendaron dicha misión a la Orden de San Jerónimo, pero desde el siglo XVI hasta la actualidad se encargan de ello una comunidad de monjas clarisas. 

 Imagen antigua del Monasterio de Santa Faz.

 Imagen actual del Monasterio de Santa Faz.

No ha dejado de celebrarse desde entonces la misma peregrinación teniendo lugar a día de hoy el segundo jueves después de Pascua estrenando ayer el Año Jubilar.

Imagen de la multitudinaria peregrinación que es considerada la más numerosa 

de España ,con 240.000 peregrinos, después de la de "El Rocío" de Huelva.

Bueno, supongo que después de este despliegue histórico habréis entrado ya en materia… Digo yo… Así que ahora es el momento de compartir con vosotros el porqué mi familia y yo nos sentimos tan íntimamente ligados a la Santa Faz.

 Santo Lienzo de la Santa Faz.

Comenzaré por contaros que en el Monasterio que la conserva fue donde se casaron mis padres un 5 de febrero de 1977 y debió ser tal la atracción que la Faz Divina les proyectó que decidieron establecer su hogar muy cerquita de donde celebraron su matrimonio. Ellos, mis padres, nos transmitieron a mis hermanos y a mí desde que éramos pequeños la devoción que le procesaban y con ella crecimos jugando en la plaza que la rodea: “la Plaza del Caserío”. Os diré que no había jueves de peregrinación en que no les rogáramos, a veces llorando y hasta pataleando, para que nos llevaran a la feria que montaban en sus alrededores. Siempre lo acabábamos consiguiendo y, a parte de montarnos en todos los cacharritos habidos y por haber, nos gustaba recorrer los puestos de artesanía en busca de alguna cosa curiosa mientras comíamos caña de azúcar. Felices volvíamos a casa de nuestra pequeña aventura con un globo y un bastón nuevo. Y… ¿Cómo no? Josemari y yo acabábamos a palazos…

 Josermari y yo en la Feria con nuestro amigo Curro Blasco.

Conforme me fui haciendo mayor, la percepción que tenía hacia Ella fue cambiando poco a poco. Lo que de pequeña era para mí un motivo de diversión, pasó a convertirse en un día especial en el que pedía para que mi padre tuviese suerte en la plaza y volviera a casa sano y salvo. Con el tiempo, esa plegaria anual se convirtió en diaria y desde entonces todas las noches le rezo para que cuide de la gente que quiero y proteja a mis hermanos en el ruedo. No falta en mi cartera la estampita con su imagen que me acompaña allá donde voy.

 Estampa de la Santa Faz y su oración.

A ver, os sigo contando. Mi padre, allá por los ochenta, quiso hacerle un personal homenaje a su Faz Divina (a esa misma a la que se encomendaba antes de torear y a la que le daba las gracias al terminar la corrida) y para ello mandó confeccionar un precioso capote de paseo con su imagen bordada en el centro del mismo. Fueron muchos los paseíllos en los que el capote le abrazó… Hasta que un día, en un gesto de amor hacia su ciudad, decidió donarlo al museo taurino de la plaza de toros de Alicante. Allí permaneció expuesto hasta que mi hermano Josemari decidió tomar la alternativa y pidió permiso para sacarlo. Y es que quería lucirlo en esa fecha tan especial para él y para todos los que lo queremos.  

 Mi padre desliándose el capote de paseo que 

se hizo en homenaje a la Santa Faz.

Y... vestido de azul marino y oro apareció en el patio de caballos, el mismo día de San Juan en que lo hiciera mi padre 32 años atrás, con el capote liado y bendecido por quién protegía su espalda: la Santa Faz. Como os podréis imaginar, ante tal visión, no pude hacer otra cosa que romper a llorar desconsoladamente…

 Mi hermano Josemari con el capote de 

la Santa Faz liado el día de su alternativa.

FOTO: Verónica Soriano

 Abrazo de mi hermano Josemari a mi padre después de recibir la alternativa.

De padrino Enrique Ponce y de testigo Francisco Rivera.

24 de junio de 2003

FOTO: Verónica Soriano 

Así que por todo esto y más es por lo que la Santa Faz forma parte intrínseca de la vida de mi familia y de la mía. Y lo hará siempre pues a Ella y a su Divinidad le debemos mucho.

¡VIVA LA SANTA FAZ Y VIVA ALICANTE!

Ohhhh, ha llegado la hora en que os tengo que dejar porque en nada y menos salgo de viaje para Sevilla. ¡Me voy a ver la encerrona de mi hermano Josemari con 6 toros de distintas ganaderías en la Maestranza! Así que la semana que vienen tendréis todos los detalles de mi fin de semana taurino. ¡Ea, a ser felices! Y ya sabéis… ¡Vámonos que nos vamos todos… AL LÍO!

Yeyes.