No
era mi primer camino… El primero fue ya hace ya seis años con “La
Hermandad del
Salvador de Sevilla”, pero sí que era la primera vez que lo hacía con
Utrera.
Utrera…
Tierra de toros y flamenco. De Utrera nacieron tres de los cinco encastes
fundacionales del toro bravo y de Utrera son las voces flamencas con las que
crecí… “Enrique Montoya”, “La
Fernanda y La Bernarda”, “Bambino” y mi querido Manuel, “El Turronero”, quien le escribió a mi
padre esas preciosas bulerías que decían así: “olé tu mare, que despacito torea José María Manzanares…” ¡AHÍ
ES NADA!
De izq a dcha y de arriba a abajo:
"El Turronero"
"Bambino"
"Enrique Montoya"
"La Fernarda y La Bernarda de Utrera"
"El Turronero"
"Bambino"
"Enrique Montoya"
"La Fernarda y La Bernarda de Utrera"
Pues bien, el martes pasado enfundada en mi vestido de Lina acompañé, junto con mi madre, a La Hermandad de este pueblo de artistas en su primer día de camino en peregrinación hacia la aldea del Rocío. Seguramente alguno de vosotros se preguntará que cómo fui a para a Utrera… Pues rapidito os lo cuento. Resulta que tengo la suerte de ser amiga de la familia del Gran Enrique Montoya. Hace unos meses coincidí con sus hijos en casa de unos amigos de Alicante y nos invitaron. Y, claro… cómo para negarnos… ¡No nos íbamos a ver en otra igual! Así que sin dudarlo ni un momento aceptamos el generoso ofrecimiento.
Nos
recibieron el lunes por la noche en el “Bar
Alonsi”. Rodeaban una de esas mesas largas, largas que a mí tanto me gustan
y mientras nos saludábamos repartiendo besos, abrazos y sonrisas, ya se notaba
en el ambiente la emoción por lo que nos aguardaba al día siguiente. Pasamos el
rato entre carcajadas, charlas y algún que otro cantecito de precalentamiento
y… os tengo que confesar que mientras tanto yo… ¡Me puse morada de caracoles! Vamos, que repetí ración tres veces.
¡Una barbaridad! ¡Qué ricos! ¡Todavía sueño con ellos! Cómo no estarían de
buenísimos que regresamos a Alicante cargadas con dos o tres kilos de ellos. La
pena es que ya nos los hemos comido todos…
Después
del inciso de los caracoles (ejem, ejem), prosigo. Esa noche nos fuimos pronto
a dormir pues teníamos que madrugar y, si ya de por sí habíamos quedado
temprano, imaginaros a dos mujeres teniéndose que poner el traje de flamenca, la
flor en la cabeza, todo tipo de mejunjes en la cara además de las pinturillas…
Échale tiempo… Pero échale…
Una
vez listas, nos encontramos con el resto de la reunión y nos dispusimos a desayunar y a preparar
los carros donde iríamos subidas para recorrer el camino. Ya se escuchaban los
cohetes que anunciaban la salida de La Hermandad. Las
calles estaban llenas de gente (unos eran peregrinos y otros ciudadanos que no
querían perderse el alborozo y el colorido del inicio de la peregrinación hasta
el Rocío).
Cuando
por fin asomó por la calle el Simpecado nos subimos a nuestros carros y,
mientras esperábamos a que pasasen por delante todos los caballos, carriolas y
charrets que iban precediendo a la carreta tirada por mulos que abría la
comitiva, disfrutamos de las coloridas vistas cantándoles por sevillanas.
Metidos
ya en situación todo era alegría y por supuesto devoción; porque el Rocío es antes que nada Virgen y si no, no es Rocío.
Una
vez salimos de las calles asfaltadas que circundan la ciudad y nos adentramos
en los campos utreranos, hicimos la primera parada en una explanada que se
abrió entre los angostos caminos de tierra. Bajamos de los carros y empezó lo
bueno. “Fali y Tomás” cogieron el
cajón y la guitarra respectivamente y el baile no se hizo esperar… Sevillanas,
rumbas, tangos, bulerías… Y todos con las palmas al compás (mira que eso es
difícil por mi tierra…). No faltaron las letras de nuestro querido Enrique Montoya interpretadas por sus
hijos, ni tampoco los rezos a La
Virgen por Sevillanas… Alegre a la vez que emotivo.
Y
es que en el Rocío se unen muchas sensaciones que hacen emerger las mejores
cualidades de la condición humana. La devoción, la alegría, la complicidad
entre gente que apenas conoces, la generosidad desmedida de los peregrinos, la
amistad, el fervor, el arte… Nunca te falta una mano amiga que te ayude si lo
necesitas en cualquier momento. En definitiva, la solidaridad en estado
puro.
Fueron
varias las paradas que hicimos. Apretaba el calor y buscábamos el cobijo de la
sombra para reponer fuerzas comiendo y bebiendo. Y ¡cómo no! todas ellas
estuvieron cargadas de compás y más compás. Tan a gusto estábamos que a veces
perdíamos la noción del tiempo y, para alcanzar al resto de la comitiva,
teníamos que decirle al cochero que arreara a los caballos. Ya de nuevo subidos
en el carro no había quién nos callase. Si no se arrancaba uno a cantar ¡no
pasaba nada! porque enseguida le cogía la vez el otro. Yo, sin vergüenza
ninguna, me canté casi todas las letras que conozco (y os puedo asegurar que nos
son pocas). Tengo grabada la cara de felicidad de todos aquellos a los que
acompañé ese maravilloso primer día de camino.
Finalmente arribamos a donde nuestros pasos llegaban a su fin: la maravillosa finca de “Bujalmoro”. Allí sus anfitriones
tiraron la casa por la ventana dándonos gloria bendita a todos los peregrinos
utreranos. Comida y más comida, bebida y más bebida y mucho mucho cante. Yo
tenía esa sensación que me envuelve haciéndome sentir como en un hadado sueño
del que no quiero despertar… Me hubiese gustado parar el tiempo para que
aquella fascinante jornada no se acabara nunca. Pero como bien se suele decir:
“lo bueno si breve, dos veces bueno”.
Antes
de regresas a Utrera, nos reunimos unos cuantos amigos en la deslumbrante
capilla que tiene la finca. Allí nos recogimos y le rezamos a La Virgen de la mejor manera
que sabíamos hacer: cantándole. Hubo lágrimas sentidas de alegría; nadie te
consolaba porque esas lágrimas no eran de pena ni de tristeza. Disfrutábamos
con la emoción de los demás… Y entonces yo me acordé de los míos. Pedí por mi
familia, por mis padres, por mis hermanos que se juegan la vida cada tarde, por
mi hermana Ana tan devota de La Blanca Paloma, por mis tíos que nos velan desde
el cielo, por mi abuela que es la persona con más fé que conozco en este mundo,
por todos mis amigos rocieros que ese día no me pudieron acompañar y por la
gente a la que quiero. Fue un momento mágico donde se elevaron nuestras almas y
se renovaron de esperanza.
Y
así terminó mi día con Utrera. Un día que, bien sabe Dios, recordaré el resto
de mi vida.
Me
despido añorando haber estado esta madrugada en la aldea del Rocío, viendo a La Pastora recorrer sus
calles arenosas saludando a las cientos de Hermandades que acuden a su llamada
desde toda España para demostrarle su amor incondicional, su devoción y su
compromiso con la que es Madre de Dios y Madre nuestra.
El Rocío lo es todo para cada uno
de los peregrinos.
El Rocío es gracia y bendición,
es conversión y perdón,
es grandeza y hermosura.
El Rocío es amor.
Yeyes.
Os
dejo a continuación las imágenes del vestido y los complementos que elegí
asesorada por Mila y Rocío, las hijas de la gran modista flamenca Lina, para mi día de camino.
My look:
Vestido, ramillete, pendientes,
bolso bandolera, y poncho de: Lina 1960
Pulseras de: Dominique Denaive Paris
P.D.
No puedo terminar el post sin darle las gracias a toda la familia Montoya que tan cariñosa nos acogió. A Maribel por su generosidad y por ser
una gran amiga. A Lina por prestarme
el precioso vestido con el que hice el camino. Y, a parte de mis agradecimientos,
quiero decirle a los que son mis hermanos rocieros desde hace ya bastantes años
que los eché horrores de menos… Manuel Lombo (@manuellombo), Bea Vega
(@Vega_Bea), Laura Sánchez (@lasanchez), Salva González (@SalvaVasco), Javier
Villa(@erjavivilla), Rocío Sotomayor (@rociosotomayor) y su familia, Ana Ortega
y sus guapas sobrinas, Rocío “la
Tiesta” y tantos otros que seguro se me olvidan. Que sepáis
que aunque no acompañando mis pasos, hicisteis este día de camino conmigo
metiditos en mi corazón.
OS RUEGO UNA ORACIÓN POR EL ALMA
TORERA DEL GRAN PEPE LUIS VÁZQUEZ QUE AYER SUBIÓ A LOS CIELOS ENTRE PALMAS POR
BULERÍAS. QUE LA VIRGEN DEL
ROCÍO LO TENGA EN SU BENDITA GLORIA.
Me ha emocionado y me ha divertido un montón!!!!
ResponderEliminarPrecioso post. Enhorabuena por la realización y cuanto sentimiento transmites en todo lo que haces.
Precioso!!! Que maravillosa facultad de transmitir tus vivencias y sentimientos de una manera tan cercana. Me ha encantado!!!! Y esos caracoles? que no he probado ni uno!!! JAJAJAAA
ResponderEliminarLa próxima vez no te preocupes que traigo caracoles para todas! Gracias por tus siempre cariñosas palabras!!
EliminarTe quiero!!
MUAAAAA.
Sentimientos a flor de piel Yeyes...Eres increíble!!!Gracias por tanto Sentimiento y Emoción!!!
ResponderEliminarSentimientos a flor de piel Yeyes...Eres increíble!!!Gracias por tanto Sentimiento y Emoción!!!
ResponderEliminarGRACIAS a ti por leerme y por percibir lo que intento transmitir a la hora de escribir. Ese es el mejor regalo que me pueden hacer.
EliminarBesazo enorme!!