jueves, 22 de agosto de 2013

PESCANDO CON RED EN LA RED






Como mediterránea que nací, soy indiscutiblemente y ante todo y todos marinera de agua salada. No podría vivir sin las olas que dibujan y desdibujan los surcos de la blanca arena de mis playas y menos aún sin zambullirme en sus aguas sazonadas. Pienso que esto es algo que compartimos todos los que hemos nacido a orillas de cualquier mar… Pero me veo en la obligación de contaros que más tarde llegó a mi vida el agua dulce. Fue entonces cuando comencé, con a penas cinco años, a disfrutar de los paisajes y parajes que dibujan y riegan la finca de mi padre. Riachuelos, canales, laguitos, pantanos... Me declaré desde mi descubrimiento dulzón, navegante acaramelada también…


Playa de Denia (Alicante) "Las Marinas".


Pasé unos años disfrutando de ambas aguas que se funden mágicas en las desembocaduras de los ríos. Y, cuando ya pensaba que no había más lugares en donde surcar libre cual pato que sosiega el cansancio de su vuelo, voy y me encuentro con otro espacio donde remar… El más basto de todos; el universal; aquel al que se atreven a adentrarse sin pizca de miedo tanto los marinos como los terrestres. INTERNET.


 Pantano de Orellana (Badajoz).


Yo ya sabía pescar mar adentro, sabía recoger las coquinas que quedan enterradas en la orilla bajo la arena, sabía atrapar cangrejos de río y traer colgadas del hilo de mi caña enormes carpas cebadas previamente por mis hermanos y por mí a golpe de pan duro en el campo donde disfrutamos nuestra infancia… Cuando ya creía que lo de pescar lo tenía más que superado, voy y me encuentro con un inmenso océano donde el utensilio más cómodo para atrapar sus “criaturas” es la red. ¡Eso sí… aviso a navegantes! Hay que tener cuidado y cautela para no verte enredado en ella. Es tanto su alcance que como te despistes un poco, te deja sin un céntimo en ese banco donde te ofrecen dichas redes en forma de plástico rectangular y chiquitito, que además están numeradas para que no se confundan entre los millares de pescadores que andan abstraídos en este “deporte pasivo” al igual que tú. ¡Otra advertencia! Ojito con los piratas… que éstos a diferencia de los que ataviaban pata de palo, parche en el ojo y loro en el hombro, tienen el súper poder de la invisibilidad.

Dicho esto y una vez señaladas las advertencias, quisiera compartir con vosotros los cinco puertos que he descubierto últimamente y donde puedo disfrutar de una pesca de lo más suculenta a la par de cómoda (los aparejos no los saco ni del trastero… Yeah!)




El primero de estos puertos tiene como nombre “Panambi” (que significa mariposa en Guaraní). Bien, pues este embarcadero queda dirigido y vigilado por dos hermanas sevillanas (Lola y Angi) donde ambas nos ofrecen sus creaciones cargadas de calidad, feminidad y elegancia. La búsqueda de los colores exactos, de la curva perfecta, de la armonía y el vuelo de sus telas hacen un bonito homenaje al nombre que lleva su firma. Y es que envuelta en sus ropas te sientes cual mariposa con todo el esplendor de sus alas abiertas. Creatividad acompañada de innovación donde el dinamismo, el entusiasmo y la frescura son componentes indispensables para estas perfeccionistas capitanas. Yo os recomiendo que no dejéis de visitarlo pues a parte de todo lo que os acabo de describir, cuentan con un precio bastante asequible que las diferencia del resto de multinacionales de ropa. Además, como ya debéis saber… yo soy una defensora a ultranza de lo “Made in Spain”. Así que… ¡A echar las redes!


 De izquierda a derecha:
Pantalón Cheel con camisa Idola negra
Vestido largo Stella
Pantalón de lentejuelas con camisa Idola negra

 De izquierda a derecha y de arriba a abajo:
Moon
Bombonera
Wayuus
Almohada
Estrella
Bandolera



El segundo puerto es el más limpio de todos. Nada más amarrar en él te rodea una nube de aromas frescos que surge desde los más coquetos jabones, velas y cremas (cosméticos de alta calidad) donde el mimo de su elaboración y del diseño que los envuelve te deja embobada como por arte de magia. Os lo presento, se llama: “Olivia Soaps”. Además, el ingenio de sus creadores hace, más apetecible si cabe, la adquisición de estos productos pues en sus embalajes rezan frases de lo más optimistas y divertidas. Yo soy adicta y como tal, no podía dejar pasar en mi itinerario esta visita. ¡Os invito a conocerlo!


 De izquierda a derecha y de arriba a abajo:
Vela "Verano en Saint Tropez"
BB Detox
Jabón Mojito
Authentic Moisture Balm




Y llegamos al ecuador de las paradas. El tercer puerto. Ese que está lleno de fantasía y magia donde las hadas, los piratas y los dinosaurios se presentan ante tus ojos como una visión retrospectiva en la que todos desearíamos viajar con Peter Pan al país de Nunca Jamás. El hada madrina que regenta este mágico enclave se llama Natalia y su objetivo a conseguir es el de que miremos hacia arriba porque “Bajo el cielo hay…” todo un universo dirigido a los niños y sus mamis donde la naturalidad, la sencillez y la ecología son las bases de la diversión de los más peques. Yo soy fan de los juegos de siempre, de la lucha a espadas de cartón, de las representaciones de indios o de bailarinas que hace no tantos años conseguían que a nuestros padres se les cayera la baba… Y es que prefiero ver a mis sobrinos cual personajes de un cuento de los de siempre, que sentados frente al televisor con los ojos como platos y los sentidos ausentes… Por todo esto y más no dejéis de visitar este mundo de fantasía. ¡Os fascinará!


De izquierda a derecha y de abajo a arriba:
Tutú de bailarina
Artículos para personificar tu fiesta
Kit de pirata
Guirnaldas de colores de papel




El puerto que nos obliga a hacer una cuarta parada esta situado en la “Rue Vintage, 74”. No os empeñéis en buscar esta calle en algún callejero ordinario porque sólo existe en este océano de antigüedades donde el paseo marítimo que flanquea su desembarcadero esta repleto de colecciones de objetos con alma propia que su buscadora incansable ha ido recogiendo a lo largo del camino de su vida. Quedaréis enamorados de los artículos que han superado hasta cuatro generaciones y ya no podréis dormir si no es bajo uno de los cabeceros que ha creado con alegría y mucho humor y que también, velarán positivos nuestros sueños. ¿A qué esperáis para visitarlo?


 De izquierda a derecha y de arriba a abajo:
Bolso "Lovely"
Cabecero "Nature"
Maleta vintage (Inglaterra años 50)
Set de servilleteros (100% handmade, Berlín)




Bueno, va llegando a su fin nuestro viaje… El navegar da hambre ¿verdad…? Así que os he dejado para terminar lo mejor de lo mejor. Veréis. Como por arte del birlibirloque el puerto de Denia se traslada desde su localización a orillas del Mediterráneo hasta nuestras pantallas oceánicas de la mano del gran Quique Dacosta. ¡Madre mía! Con sólo pronunciar su nombre se me hace la boca agua… ¡No puedo dejar de contaros algo! Resulta que este extremeño afincado en la provincia de Alicante desde que era niño, reúne en su palmarés infinidad de premios y reconocimientos entre los que se encuentra el máximo galardón que puede recibir un restaurante: el de las tres estrellas michelín. Os confieso que tengo el placer de conocerlo personalmente y todo lo que emana de su personalidad es humildad, pasión y adoración por su trabajo. Es más, os diré que a diferencia de esos cocineros que mantienen sus recetas bajo cuatro candados que envuelven una caja fuerte blindada con tres combinaciones de números secretos (ojú), nuestro Quique comparte sus recetas abiertamente en su blog “Orgullosamente mediterráneo”. Sus platos son obras de arte y arte es lo que te llena el estómago cuando pinchas y te metes en la boca, por ejemplo, una de sus gambas rojas a las que me confieso adicta… Si no paráis en este puerto es que no tenéis nada de marineros… Yo me pierdo en él horas y horas… 





Espero que hayáis disfrutado de mi mano de esta travesía de lo más variopinta y adictiva… Ya sabéis que no puedo dejar de compartir con vosotros todo aquello que me fascina, así que deseo haber abierto para mis lectores una nueva e intrépida travesía que quedará dibujada en este mapa para cuando queráis consultarla. ¡Que no! Que no se me olvida la frase de hoy… Es del poeta portugués Fernando Pessoa y dice así: “Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos”.

Besos y abrazos a repartir,


 "Mediterraneando"

Yeyes.

3 comentarios:

  1. Me encanta tu blog!!! Transmite optimismo y buen rollo en cada post
    Me declaro fiel seguidora
    Besos
    Nat

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  2. Me encanta tu blog!!! Transmite optimismo y buen rollo en cada post!
    Sigue así!
    Besos
    Nat

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